¿Qué necesita Jim, un conductor de Uber de sesenta años, para ver el lado bueno de la vida? ¿Un curso de antidepresivos? No, es más serio, doctor. ¿Un poco de dinero? Jim ya ha tenido suficiente. Básicamente, lo que quiere es que lo dejen solo en este mundo caótico. Y, si tiene alguno, quiere tener lo menos posible que ver con sus vecinos. Así, cuando su nueva vecina, flanqueada por su marido militar y su hijo de cuatro años, le habla, un granito de arena se cuela en los engranajes bien engrasados de su vida solitaria y monótona. Es suficiente para hacer explotar su parte...
Nuestros socios, de diferentes generaciones, representan diversidad de sectores económicos y son el verdadero motor de la asociación.